Siendo ciberusuarios de los cibermedios en el
ciberespacio, merece que enfaticemos que el uso de la PC con Internet ha creado numerosas discusiones concernientes a la
adicción a Internet o a su debido control.
La ciberadicción o la tecno adicción es el fenómeno de la era digital y se hace evidente cuando
existe abuso en el uso de las TIC. Los expertos se refieren a las adicciones a
Internet, al móvil y a los videojuegos.
La ciberadicción es el uso excesivo e
incontrolable del ordenador e Internet que interfiere de forma nociva con la
vida diaria de la persona y de sus allegados. El adicto /a a Internet vuelca su
obsesión / compulsión a la red de manera solitaria o en interacción con otros
internautas.
La ciberadicción (ciberadiction)
presenta problemas con repercusiones personales y sociales en los
comportamientos tales como el escape de la realidad, problemas en la
socialización cara a cara, juegos compulsivos en línea, compras compulsivas,
ansiedad, problemas en la alimentación, deterioro en el desarrollo escolar,
dificultades en las relaciones de pareja, pérdida del empleo, aislamiento
personal, falta o ausencia de diálogo con los pares y en el seno familiar,
déficit de atención, depresión, pérdida del sentido del tiempo, síndrome de
abstinencia y dosis cada vez mayores de conexión.
La nueva adicción del siglo XXI se define como
Internet Adiction Disorder (IAD)
desorden de adicción a Internet, que altera la salud pública por ser de
evolución silenciosa y expandirse a gran velocidad.
Al ilustrarnos sobre esta nueva temática, tenemos
en cuenta la susceptibilidad y la vulnerabilidad propia de cada ser humano, y
descubrimos un público propenso que estaría integrado por gente en paro,
desocupados, minusválidos, problemas en el seno familiar, problemas de pareja,
personas con contrariedades laborales. También, están incluidos hombres y
mujeres de mediana edad, niños y jóvenes sin control parental o sin control
educativo, pedófilos, adictos sexuales, ludópatas, personas con baja autoestima
e introvertidos.
Goldberg (1995)
al inicio del trastorno lo define Adicción a Internet y posteriormente
como Trastorno de Adiction a Internet (TAI). El autor establece 7
criterios para poder establecer el uso patológico del ordenador
(Pathological Internet User):
- Cambios drásticos en los hábitos de vida para tener más tiempo de conexión
- Disminución generalizada de la actividad física
- Descuido de la salud a consecuencia de la actividad en Internet
- Evitación de actividades importantes para permanecer conectados
- Cambios en los patrones de sueño para permanecer en la red
- Negligencia frente a los amigos y a la familia
- Negligencia frente al trabajo y responsabilidades personales
Establece signos y síntomas entre los
cuales son más evidentes y constantes: la aceleración del pulso, el
incremento de la tensión arterial a la conexión del modem. Concentración a la
pantalla de una manera similar a la meditación o a la del estar en trance,
irritabilidad al ser interrumpido por personas o circunstancias de la vida
real.
Nathan Shapira:
señala que el uso excesivo de Internet es un problema real y puede clasificarse
como un desorden en el control de los impulsos, dentro de los desórdenes de
ansiedad, fobias sociales, trastornos alimentarios, estallidos de ira, abuso de
alcohol u otras sustancias en algún momento de la vida del internauta.
Es importante recalcar que los investigadores de
la relación ciberusuario – salud, coinciden en que con el uso calificado de
Internet, puede significar un resultado óptimo en muchos ámbitos de la vida,
pero también se debe prestar atención a momentos en los que perciben o
evidencian alteraciones del humor, irritabilidad, presencia de ansiedad o
impaciencia por la lentitud de las conexiones, o por no encontrar lo que se
busca, ansiedad por conectarse, y la incapacidad de salir de la pantalla.
Finalmente, Fora(:
2004) manifestó que se debe distinguir entre enfermedad y problema abriendo
polémica cuando afirmó que la adicción a Internet es un mito aunque reconoció
que la excesiva afición a Internet es un problema social.
Adicción a Internet
Sobre
esa base consideramos entonces que cualquier procesos de alfabetización
mediática (AM) debe incluir formación en hábitos saludables e información desde
una óptica de la salud preventiva.